El Puente Bizkaia es una de las construcciones más sobresalientes de la Revolución Industrial europea y de la arquitectura del hierro. Su monumental estructura de celosía metálica y cables de acero representa uno de los mayores éxitos de la ingeniería de fines del siglo XIX y una innovación genial en los medios de transporte conocidos.
El Puente Bizkaia sintetiza los nuevos avances tecnológicos de la arquitectura del hierro y el ferrocarril de su tiempo para crear una invención original, bella, armoniosa y capaz de solucionar las necesidades del transporte de viajeros adaptándose a un emplazamiento de orografía difícil y con complejos problemas de tráfico naval.
Este puente, armado en 1893, siendo totalmente representativo de unos materiales, una técnica y estética singulares del pasado, se ha mantenido siempre en un estado de conservación tan correcto que nunca ha dejado de funcionar y aún sigue cumpliendo con extraordinaria eficiencia su objetivo inicial. Su excepcional valor universal se deriva, además, de ser el primer puente colgante transbordador construido en el mundo y haber servido como modelo directo o fuente de inspiración para otros muchos puentes de características similares en África, Europa y las Américas, siendo todavía el mejor conservado de todos ellos. Es un medio de transporte pionero en su concepción y de larga vida útil que ha mantenido toda su eficiencia hasta la actualidad.