Semblanza de Don Alberto de Palacio  creador del Puente Bizkaia 1º Puente Transbordador del mundo

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SEMBLANZA DE DON ALBERTO DE PALACIO ELISSAGUE

El Puente Bizkaia nació como consecuencia de una fuerza que durante siglos caracterizó a los vizcaínos, una fuerza creadora, en un momento en que voces como progreso y el foro internacional, prodigiosamente iluminado por la pujanza de la industria, captaron la atención a buena parte influyente y destacada burguesía que se asentaba en la margen derecha del Nervión.   Este era el tiempo en que los artistas de Bilbao, estimulados por el pregón de cien chimeneas humeantes, acudían a la tribuna de París, donde se anunciaban nuevas formas de expresión y de vida.

 Es por ello que no podemos clausurar este 130 aniversario del Puente Bizkaia sin hablar de su creador; Don  Alberto de Palacio Elissgue, uno de los mejores arquitectos que ha dado esta tierra, no siempre reconocido, un hombre universal que sabía reunir en su propia vida el mayor número de actividades diferentes. “Artista, hombre de ciencia e ingeniero “. 

 

Alberto de Palacio Elissagüe, hijo de bizkaíno y labortana fue el prototipo de rebelde creativo del final de la época romántica. Universal como los vascos de entonces, con una necesidad imperiosa de saber y de hacer, inquieto y abierto, tuvo a su favor el increíble optimismo que tras la desolación de las guerras carlistas inundó Bizkaia y gran parte del mundo “occidental”.

Que mejor semblanza que la realizada por su familia: “de complexión vigorosa, un carácter de acero fuerte contra toda resistencia, flexible cuando las circunstancias le demuestran que ceder es acercarse a sus nobles propósitos. Su energíca voluntad y la fe y la convicción que le animan y que sabe comunicar a cuantos le tratan, se revelan en su semblante y sobre todo en sus ojos de mirada viva y escrutadora, en su palabra fácil y persuasiva en su voz de timbre vigorosa y simpática, en sus adámenos agitados al compas de sus pensamientos “Guardar palabra guardar secreto y decir verdad “aforismo familiar atribuido a Alberto de Palacio.

Un genio inquieto, osado valiente, soñador, adelantado a su tiempo,  audaz y preocupado por los problemas de Bilbao  y de nuestra Ria que le llevo a inventar el Puente Transbordador al empeñarse en resolver el problema  de enorme importancia universal, el gran problema de poder establecer comunicaciones a través de canales navegables, siendo el primer puente transbordador.

Toda su obra se caracteriza por la búsqueda de la funcionalidad, la innovación y la belleza, utilizando el acero y el cristal para lograrlo. Economía de medios construcción desnuda y utilización práctica de la tecnología al servicio de las necesidades sociales fueron los rasgos propios de la modernidad que inspiraron su proyecto y que quedaron expresados en el puente con un lenguaje de vanguardia, elegante y monumental – arquitecto de lo útil e innovador de lo necesario. 

“Alzo hierro por hierro, cesura tras cesura, vano por vano, el gigantesco vuelo de una interrogación cosmológica, el esqueleto estructural del menhir, capaz de desafiar, secularmente, la fuerza de la erosión, el temblor telúrico o el embate de los vientos, el sedimento de un mástil, de un obelisco, instalado en la nuda entidad del aire.